I
FÁBULAS
I
LA ZORRA Y LAS UVAS
Esta es una narración muy antigua que cuenta, a través de una lista zorra, una actitud muy humana que todos
tenemos cuando nos enfrentamos a algo que no podemos obtener fácilmente.
Cuando se piensa que
los animales tienen personalidad
y se plantea que el hecho de ser listos, intrigantes, salirse con la suya, escaparse de sus enemigos o de los problemas, se llevan los primeros lugares las zorras
y los conejos.
Una zorra que paseaba por un bosque, en busca de
pequeños animales que perseguir para alimentarse,
se lamentaba de tener tanta hambre y de no haber podido cazar, hasta esa hora, su diaria dieta de carne. De pronto,
en lo profundo de la espesura, divisó una vid de la cual pendía un hermoso racimo de verdes uvas.
Muy zorra seré y mi alimento serán los animalitos que merodean por el bosque y la pradera, pero un poco de jugo de uva no me vendrá mal y me ayudará a calmar el estómago.
Pensó la zorra.
Como se trataba de un hermoso conjunto de frutos no necesitaba sigilo, silencio, cautela,
para acercarse hacia aquel delicioso y jugoso tentempié. Con toda la calma se
acercó y vio hacia arriba el racimo.
Hizo un pequeño esfuerzo, saltó, pero no logró alcanzar los frescos frutos.
Con toda su astucia y razonamiento se alejó un poco de la vid y se encarreró para
saltar mas alto. Logró un
mejor salto pero no alcanzó el fruto apetecido.
Volvió a repetir el evento varias
veces hasta que se cansó. Descansó un poco,
volvió de nuevo, no a las andadas
sino que a las carreras y los saltos.
Pero nada logró.
Convencida de que no iba a
satisfacer su apetito y decepcionada de sus acciones, solamente dijo:
Están verdes
Y se marchó a buscar
su alimento en otro lado.
Durante algunos días logró cazar algunos animalitos y se había olvidado
de que tuvo ganas de comer uvas. Pero como no siempre se consigue lo que se quiere. Un día martes. Obsérvese bien que era día martes y desde el
domingo no comía. Ya las tripas le gruñían, entonces se acordó de aquel racimo que estaba en medio del bosque.
Al poco tiempo de haberlo
pensado llegó a donde quería y vio aquel racimo de uvas maduras, bien rojas, muy dulces, apetecibles. Las vio y se hizo tantas ilusiones que hasta sintió que estaban mas bajas.
No queriendo perder tiempo se encarreró y saltó, pero el esfuerzo fue nuevamente inútil.
Así fue muchas veces
hasta que desesperada, cansada, débil, agotada, sin aliento, dijo:
! Están menstruando.
¡
Y se marchó.
II
LOS MONOS SABIOS
Las fábulas tienen como características que son narraciones en las cuales participan animales, los que también,
además de hablar, nos dejan una enseñanza moral. Esta moral al cabo de los tiempos ha degenerado un poco y se ha vuelto un
tantito cómica, (dirán los intelectuales presumidos que creen que lo logran ), graciosa, ( dirán los que se creen cultos)
Esta se refiere a una narración muy conocida y famosa, además expresada en forma de figuritas de cerámica que representa
a tres pequeños monos, (changos o micos) que se encuentran con las manos ocupadas.
Uno las tiene tapándose los ojos. Otro cubriéndose los oídos y el tercero ocultando la boca.
El significado educativo, moral o lección es:
"Ver, oír y callar "
Interpretado como el hecho de que si se ve o se oye algo que no es
prudente, debe de callarse. También es una clara referencia hacia aquellas personas
que practican mucho el chisme.
Dentro de las muchas interpretaciones está la del estudiante que está examinándose en forma oral y al encontrarse
frente a los réplicas no los quiere ver, no quiere oírlos y se tapa la boca porque del miedo los dientes le rechinan y la
mandíbula le tiembla.
La experiencia indica que cuando se encuentra una persona en algo que tiene que ver con la circunstancia especial y
trágica, que describen por la palabra justicia, debe decir de que no ha visto nada, no ha oído nada y no tiene de que hablar.
Principalmente porque a la justicia la representan ciega y entonces
no ve, pero si oye y pregunta. Además de tener una espada en la mano y aunque no da palos de ciego si da espadazos para que
la gente confiese.
La mas real de las versiones es aquella de una viejecita que se está bañando desnuda en el río y los tres monitos adolescentes la están espiando.
Uno de ellos se tapa los ojos porque no quiere ver.
El otro se cubre los oídos porque como está cantando no aguanta los gritos.
Y el tercero se pone la mano en la boca, porque no quiere que vean, que esta
muerto de la risa.
FILOSOFÍA Y CUENTOS MATEMÁTICOS
I
UNO MAS UNO SON TRES Y DOS MAS DOS SON TRES
( 1 + 1 = 3) y (2 + 2 = 3)
Todo empezó cuando terminé mi carrera de maestro de educación primaria.
Era necesario empezar a trabajar y conseguí trabajo como maestro de lenguaje en un quinto y sexto año de primaria. Estaban
los dos grados juntos porque eran muy poquitos alumnos o era la filosofía administrativa del colegio . Aunque en primaria
sentí que no era conveniente que tuvieran maestros por asignaturas y que lo que correspondía era un maestro de grupo.
Como mis vuelos y compromisos para lo que creía era mi responsabilidad social eran muchos. Aquello de dar clase
de español me era un poco complicado. Pero trabajo es trabajo, le entramos al toro y por los cuernos. Me conseguí un libro
de cuentos " Poncho y otros barcos de papel " de Álvaro Yunque y empecé a leerles cuentos.
Me interesó uno de manera inquietante y que me ha ayudado para pensar
en algunas interpretaciones de sucesos de la vida.
El cuento narra que el autor estaba paseando por un camino y se aparece un joven, con gesto amenazador y un garrote
en la mano. El autor toma sus precauciones ante un posible asalto. Pero cuando se acerca,
éste le pide una limosna.
Limosnero y con garrote dirían las ancianas ante tal actitud. El autor se ve obligado a dar la limosna, pero como
buen escritor se interesa en el individuo. ( Valía mas como personaje que la limosna que estaba recibiendo ) Le pregunta el
porqué del garrote y el joven le externa la filosofía de su vida y de su acción.
Reconoce que es joven y puede trabajar, pero que prefiere pedir limosna. El garrote en la mano es muy importante
y le refuerza el argumento de no recibir una negativa cuando hace su solicitud de dinero y que la gente establezca la diferencia
entre un asalto ( sin serlo ) y una petición de ayuda y descarta el argumento de que debería estar estudiando o laborando.
El razonamiento que expone para justificarse ante los demás es que todos pensamos que
1 + 1 son 2,
Pero que él actúa con el criterio de que
1 + 1 son 3
y este pensamiento le permite recibir mas dinero, no trabajar y andar
ociosamente por los caminos. En la actualidad hay miles de jóvenes que tienen los mismos argumentos pero el autor no tiene
la culpa porque esos jóvenes no leen
Me he encontrado en la vida con actitudes semejantes. Llego al semáforo y de pronto en los vidrios del automóvil
cae un chorro de agua con jabón y un joven todavía me pregunta que si me limpia el cristal. Me siento agredido porque el carro
es de mi propiedad. Pero solamente me está echando agua jabonosa y me pide unos centavos. No me está asaltando, me ofrece
un servicio a cambio de mi dinero. De todos modos yo no lo he solicitado y me entra la incertidumbre de como opera la ley
de la oferta y la demanda. Cuando creo haber llegado a una conclusión aceptable ya terminó de limpiar el vidrio y puedo rechazar
el pagar el trabajo realizado y esperar una sanción que va desde que me tachen de tacaño, me ensucien de nuevo el vidrio,
me digan que aunque ellos son pobres se pueden dar el lujo de despreciarme, me rayen el carro o como dice el dicho
"arrieros somos y en el camino andamos"
Y, realmente yo tengo que pasar muchas veces por ese lugar.
En eso cambia el semáforo y algo hice.
El otro día me encontré en una esquina una mujer muy sucia, mal vestida con trapos raídos, medio mostrando desnudeces,
con un niño en los brazos y una cara tan patética y angustiante, que cualquier pintor sueco o del renacimiento español la
hubiera hecho inmortal. Me conmoví enormemente y le di dinero. Al día siguiente me encontré, en la misma esquina, otra bajo
el mismo esquema y observé que uno de los dos niños que llevaba, era el del día anterior.
En la esquina siguiente estaba la número uno ( por así llamarla ), me entró curiosidad y empecé a investigar. Poco
a poco fue creciendo mi sorpresa, tres, cuatro, ocho, catorce mujeres con muchos niños, dirigidas por un anciano que también
pedía limosna. Toda una posible tribu que se apoderaba de todo un sector de la ciudad, atacaban a los automovilistas y peatones
que pasaban. No tenían bastón pero su estudiada cara lastimera, era tan poderosa para lograr su objetivo, que el palo que
blandiera el joven del cuento, resultaba ser un palillo de dientes.
Creyendo ser un investigador social quise tomar fotografías y hacer
entrevistas y en ese momento si estuve a punto de sentir el bastón el cual no era palillo de dientes.
Como no era mi negocio lo dejé y comprendí que ese no era mi argumento para lograr un premio en literatura.
He comprendido que hay quienes utilizan la filosofía del uno mas uno son tres. Sin necesidad de que enseñen un garrote, me los he encontrado en determinados puntos especiales. Una esquina cuidada
por una patrulla de policías. Una oficina burocrática donde se necesita hacer trámites urgentes. Una persona que puede rebajar
multas o bien, otra que las impone pero que puede decidir si lo hace o no. El
reglamento, la ley, la necesidad, la urgencia, son sus garrotes y con un pensamiento
“A mí que me pongan donde hay, de lo demás yo me encargo "
Resuelven parte de la problemática de sus ingresos y el sistema los acepta.
Está bien el 1 + 1 = 3, pero el 2 + 2 = 3.
Este me surgió al subirme a un transporte de pasajeros. Pagué el valor de mi pasaje y me fui a sentar. El asiento
estaba estrecho, no me cabían las piernas lo suficientemente bien. Las rodillas topaban con el asiento de adelante y se me
lastimaban. Al abrir las piernas un poco, quedaban muy juntas a las de la señorita que estaba del lado de la ventana. Yo estaba
muy en la orilla, realmente no cabía y se me ocurrió la expresión:
"Pagamos por cuatro y solamente caben tres ".
La señorita se ruborizó y me dijo dos o tres cositas al respecto de mi lenguaje. Al principio no me di cuenta de
lo que había pensado porque yo me refería a que estaba un poco incómodo.
La filosofía es muy difícil de comprender en un principio y si se trata de expresiones matemáticas todavía mas.
Después de dos o tres curvas, me pidió permiso como para bajarse del
vehículo, pero decidió irse parada el resto de su camino.
Extrañas actitudes de las mujeres. Aún en el asiento solo para mí, no cabía. Las rodillas me molestaban, pero tuve
oportunidad de pensar un poco sobre la frase célebre que había externado. Cuando razoné
que ella había pagado por dos, yo había pagado por otras dos y nada mas cabían tres en el asiento, comprendí lo que
había pensado. Creí que era conveniente pedirle disculpas pero no me dió la cara. Tocó el timbre y se bajó.
Creo que allí terminaba su viaje pero empezó mi pensamiento a discurrir sobre esa interpretación de la vida y nos
encontramos conque muchas personas cobran por algo y cuando han recibido el dinero no cumplen con el contrato. Nos venden
kilogramos de 800 gramos. Leche con agua. Cuando
les preguntamos un precio, primero nos ven la cara o el traje, para calcular cual es el precio que merecemos pagar. Políticos
que ofrecen y no cumplen. Abogados que ofrecen trámites y nada más sacan dinero o bien: transportistas que cobran por cuatro
y solo caben tres, si bien nos va.
NARRACIONES MODERNAS
I
El Dueño.
En las comunidades indígenas
existen muchos conceptos que son difíciles de comprender por los que fuimos creados en esa mezcla que llamamos cultura occidental, pero en una naturaleza y un ambiente donde tienen participación elementos culturales
que nos relacionan con las antiguas culturas mayas, sus conceptos sobre el universo, la relación tan íntima con la tierra,
la identificación de que no somos los dueños de lo que usamos. Aunque peleamos hasta morir
por pedazos que nos sobreviven y que queremos atesorar.
En la montaña, en el
valle, cerca de la comunidad, en el terreno, en la vereda, en el camino, siempre hay que pedirle permiso, ayuda, facilidades,
al Dueño. El cual es uno o varios al mismo tiempo. Pueden ser buenos o malos, benefactores, dadivosos, conflictivos, difíciles,
bromistas, groseros, y muchas actitudes mas. Pero es necesario hablarles, contarles que se va hacer, pedirles permiso, decirles
que es lo que se espera de ellos.
Según como estén ese día puede que brinque un conejo, salga una serpiente, se pueda trabajar la tierra,
el viaje de regreso sea placentero, llueva, haga calor, etc. etc. El dueño es un ser espíritu, aunque algunas veces podemos
verlo en forma que puede ser la de un visitante, niebla, gotas de rocío o animal
extraño. Aunque las actas notariales digan que nosotros somos los propietarios de aquellos linderos, las cercas de piedra,
de palo de giote, jocote y el alambre de púas lo pueden establecer, los verdaderos dueños son ellos o él.
Nosotros somos efímeros,
pasajeros y en aquellos parajes solo los dueños permanecen, ellos no mueren y pueden cuidar de nuestros descendientes si se
los hemos presentado, si hemos sido agradecidos, reconocemos y respetamos su presencia.
De aquel mundo de naturaleza,
de espiritualidad verde. De reconocer que los árboles son seres vivos y hay que agradecerles lo que nos prodigan. De que los
pájaros nos cantan y nos cuentan cosas, nos auguran bondades o desgracias. De allí sentimos que perdemos el espíritu y nos
sumergimos en este mundo materialista, donde lo que cuenta es el dinero, el sueldo, la televisión y la cultura del utilitarismo.
Donde valemos por lo que podemos tener en el bolsillo o en el banco. Donde la espiritualidad la pisoteamos con la bota o el
tenis, Nos sentimos poderosos porque le podemos pasar encima el automóvil, a la velocidad que queramos, a un perro, una jardinera
con flores. Porque eso nos hace sentirnos mas fuertes, seguros, valientes..
El Dueño no puede serlo
de los edificios, de las calles, de la luz eléctrica, porque nosotros somos creadores, suficientes, con algo en una mano podemos
destruir, según sea lo que tenemos agarrado, un palo, un machete, un bate, una pistola. Sin entender que cuando agarramos
fuerte o levemente algún objeto, con nuestra misma fuerza, con nuestra mano, el objeto también nos tiene a nosotros.
Así que ese dueño no
cuenta en nuestro mundo, aunque cuando salimos al campo estemos temerosos y que todo nos sea extraño porque no comprendemos
a la naturaleza y sus manifestaciones.
Sin embargo el Dueño,
uno y muchos, existe en las ciudades de los hombres poderosos y tenemos que ser comprensivos con ellos o con él, según se manifieste y siempre está allí, nos hace sentir
su presencia. A pesar de nuestro orgullo nos cuida, nos ayuda y nosotros lo compensamos.
Cuando vamos al supermercado,
queremos usar la calle para dejar nuestro automóvil, el Dueño se hace presente,
nos guía, nos dice que lugar podemos usar para estacionarnos y nos da a entender que cuidará nuestras propiedades, aunque
nosotros no le hayamos rendido pleitesía al Dueño del automóvil. Si ignoramos al individuo Dueño de la calle, que nos está
ayudando, todo depende de como esté su ánimo, quien sabe que sucederá. Generalmente dirá: pobre mortal, lo perdono.
Si en la calle circulando
llegamos al semáforo allí los Dueños nos están esperando. Unos nos pueden distraer con sus payasadas y malabarismos, otros
nos dicen con sus actos que debemos limpiar nuestros vidrios, porque están sucios, con su buena voluntad proceden a echarles jabón y dejarlos limpios. Otros dueños con
periódicos nos informan y otros piden limosna con una cara lastimera para ver si ese día estamos sensibles y comprendemos
que debemos pedirles permiso por transitar por aquellos lugares. Ellos nos conocen y
nos tienen identificados.
Si va a tirar la basura
en los depósitos especiales para ello, allí hay un Dueño. Si lo eligen para un cargo público al llegar se encontrará que en
ese lugar existen muchos Dueños, si no se pone de acuerdo con ellos, no podrá ejercer bien sus funciones administrativas,
ellos conocen todos los rincones, las vereditas del pequeño poder, las pequeñas rueditas de los engranes del carro completo
y piden su pleitesía.
En las oficinas de gobierno
los dueños nos hacen ver que el tiempo para nosotros se termina, que tenemos que descansar y simplemente nos cierran la ventanilla
y hasta mañana. Nosotros concientemente les agradecemos que nos recuerden que no debemos agotarnos y que mañana es un día
conveniente para que nosotros realicemos esa estresante tarea.
En esos momentos no importa
que el Dueño tenga apariencia humana, lo importante es que nos cuida, nos ofrece sus servicios, nos sugiere, y debemos de
agradecerle que nos permita estar allí o que nos haya prestado su atención.
febrero 1998
LECCIONES QUE DA
LA VIDA
I
NUMBER ONE
Cuentan las crónicas de historia muy remota... Así empieza una canción de mis tiempos de estudiante, jocosa, picaresca,
vulgar para aquella época, pero la cantábamos con gran gusto, alegría y unos cuantos tragos para levantar el ánimo. El tema
de esta narración está relacionado con los personajes de la canción.
El animal de la fábula es una serpiente que habla y que induce a Eva, (la víctima) a que se coma el fruto del árbol
prohibido. En las culturas primitivas las serpientes han jugado un papel importante.
El escenario es un lugar al que denominan Paraíso Terrenal, que no está en la tierra y nadie puede decir en donde
estuvo. De allí vienen unos extraterrestres denominados animales. Es importante que se tenga como mobiliario un arbolito con frutas verdes otras rosaditas, jugosas y tiernas.
Adán es un hombre que tuvo un parto muy difícil, fue padre y madre
de Eva al mismo tiempo.( eso le dijeron ) Posteriormente fue su marido, aunque no había quien los casara.
La parió por un costado y dicen que fue que le quitaron una costilla. No sintió ni la gestación, los nueve meses,
ni el parto, (parece que fue cesárea, debería decirse adanárea César todavía
no existía) porque lo agarraron dormido y
debe de haberse puesto una de las buenas, cuando se despertó ya tenía el premio al lado. Pero no era chiquita, ya nació
bien formadita
Como no había mujeres Eva se convirtió en su esposa antes no la había necesitado y Adán, como buen administrador
le delegó varias funciones: calmar sus ímpetus, que le diera de comer, lavar los trastos, hacer comida, otras mas y la principal:
que pariera hijos porque a él no le gustó el papelito.
Eva sabía que no debía de pasar por aquella zona porque allí se perdían las mujeres. Pero era muy curiosa y decidió
ir a conocer, a investigar. Cuando iba pasando por aquellas veredas (en ese entonces la zona no tenía calles) la serpiente
le silbó. Así como silban los gringos y Eva, creyendo que era un marine yanke, empezó a caminar contoneándose.
La serpiente entonces le habló, le dijo que, que bien estaba y le ofreció la fruta prohibida. Que resultó ser una
manzana. Eva no se la quería recibir y le dijo que era casada y que, que iba a decir su marido, y que no le aceptaba el regalito.
La serpiente le dijo que fuera por Adán y que ya juntos podrían comer la manzana. Así lo hizo Eva. Adán creyó el
cuento que le inventó Eva y se comió el fruto prohibido.
Desde aquel entonces, cuando Eva quiere insinuarle algo a Adán, le enseña sus manzanas. Y, cuando Adán quiere motivar
a Eva, le enseña su culebra.
II
ADAN TE LLAMAS
Adán, el original, se trataba muy bien con Dios y los otros adanes se han sentido también con el mismo derecho
y de vez en cuando, le hablan y a veces les contesta. (Por aquello del recuerdo, que no digan que se le subieron las nubes
a la cabeza)
Este Adán del cuento, al que ahora nos referiremos, era pobre, pero muy trabajador y con ganas de progresar. Un
día le dice a Dios:
¡Señor, quiero tener mujeres, divertirme, dime que hago!
!En tu nombre está la respuesta, léelo, pronúncialo bien 10 veces !
Adán así lo hizo, pero no comprendió.
Señor, no entiendo.
Léelo al revés, diez veces.
Adán leyó su nombre al revés
NADA
NADA NADA...
Y empezó a nadar.
Así se divirtió y tuvo muchas mujeres.
Con los años se le quitó lo enamorado y con su esfuerzo y amistades hizo
dinero.
Entonces los parientes, porque tenía muchos, empezaron a pedirle ayuda. El tenía cargos de conciencia y no sabía
que hacer. Decidió volver hablar con Dios para contarle sus problemas.
Señor que hago con mis parientes?
Dios enojado le contestó.
Yo te puse un nombre que sirviera de ejemplo a todos los demás, así
que en tu nombre está la respuesta. Vuélvelo a leer, ¡Pronúncialo tres veces!
Con la experiencia previa que tenía, Adán volvió a poner su nombre al revés.
NADA NADA NADA
Con la palabra de Dios como respaldo, eso hizo. No hizo nada, nada les decía o no les daba nada.
Con el correr de los años, pasando la madurez, sus inquietudes se calmaron, pero alguna vez pasaba una mujer y
quería hacer algo. Volvió a hablar con Dios.
Señor, me gustan las mujeres, quiero hacer algo, que me aconsejas, qué me dices. ?
Tu nombre al revés dos veces. Le contestó, sin darle mas argumentos.
Adán comprendió, que sus oportunidades donjuanescas se habían terminado y ya no podía hacer nada.
Con la calma, la paciencia, fue llegando la sabiduría. Las interrogaciones sobre el conocimiento, la verdad, la
inmensidad, el infinito en la grandeza, el infinito en el microcosmos. La DUDA.
Decidió volver a hablar con Dios, que le aclarara esos misterios sobre su vida, existencia, cual era su significado.
Después de tantos trabajos, para qué había vivido.
Señor, porqué me pusiste Adán.
Te nombré así, para siempre darte una respuesta.
Señor. Quién soy ?
Señor. Qué será de mí ?
Te lo he dicho siempre y te lo vuelvo a decir.
SOLO UNA VEZ MAS
TÚ ERES, HAS SIDO Y SERÁS
¡TU NOMBRE AL REVÉS !
II
FÉRETRO
En las pequeñas poblaciones
de la costa, cuando muere un niño, una niña, la llevan a enterrar en un pequeño féretro forrado de satín blanco y pintado
de blanco. Uno o dos adultos van cargando aquel pequeño resto y unidos al mismo con cintas o listones blancos, rosas o celestes,
unos niños, sosteniéndolos en el otro extremo lo acompañan.
Enterrar una vida perdida,
un cuerpo inerte, siempre me ha impresionado, pero algunos en particular me han causado un mayor remordimiento por no poder
participar y cambiar los conceptos que dieron origen aquel acto de impotencia y ceremonial.
Como era su costumbre
Julia, de nueve años, salía a esperar el regreso de su padre, en la ladera, en el zacatonal, porque le gustaba deslizarse
y echar maromas, aprovechando la pendiente. Sus bracitos morenos, con la piel áspera por el sol y sus pies descalzos ya no
sufrían por los cortes de las hojas del zacate.
Era un bonito lugar para esconderse, cuando
se cubría con los manojos cortados de aquella hierba alta que cubría su cuerpecito y asustarlo cuando pasara por donde ella
estaba.
Juan caminando despacio,
con la carga de leña y el machete en la mano, lo vio a lo lejos.
Ah caray. Es el hijo
medio loco del patrón,¿Que andará haciendo por aquí?
Los pasos lentos cortaban
la distancia en la vereda.
Buenas tardes patroncito.
Que le pasó? Tiene sangre en los pantalones.
Como respuesta solo recibió
en los ojos, los dos agujeros de una escopeta de dos cañones.
No hagás nada indio cabrón,
si no quieres que te dispare.
Frente al arma, solamente
tenía su machete y los leños que cargaba en la espalda. No había ninguna razón para enfrentársele. Pero empezó a buscar entre
el zacatonal.
Vio un bulto tirado y
cubierto, hacia arriba de la vereda. El hijo del patrón lo rodeó y apuntado con
el arma, se fue alejando despacio cerro abajo.
Entre los entierros que
más me han impresionado, está el de un campesino que sin tener ataúd ni mortaja, lo llevaban en andas, encima de una mesa, con la ropa que murió. Cuando lo enterraron, lo envolvieron en el petate y empezaron
a echarle tierra.
Cuando murió el papá
de Eduardo, que era aviador, en el momento de que iban a introducirlo en el nicho, los aviones de guerra hacían picada sobre
los que estábamos en el cortejo. Así le rendían honores a su compañero de armas.
También la vez que enterramos
a unos compañeros que masacraron en una calle. Alcanzó para las cajas, pero no para mortajas y conforme los íbamos cargando,
se sentía como la cabeza chocaba y golpeaba en la madera, al vaivén de los cargadores.
Juan se acercó aquel
bulto y empezó a quitar los manojos de zacate para ver que contenía. Después de algunas manotadas empezó a salir hierba con
sangre y luego apareció llorando el cuerpecito de julia bañada en sangre, golpeada y violada.
Juan quiso correr atrás
de aquel desgraciado maldito, pero primero tenía que auxiliar a su hija, La tomó entre sus brazos y corrió hacia su casa.
Quería llegar lo más pronto posible para limpiarla, cambiarla, empezar a curarle
los golpes de la cara y el cuerpo.
Jadeando el padre, cerro
arriba, por la vereda, sintiendo la forzada respiración de su hija y como poco a poco se apagaba. Julia, murió en sus brazos,
sin siquiera haber visto a su madre ni sentir su consuelo.
Juan y su mujer, en un
féretro negro, para el tamaño de un niño, llevaban a enterrar a Julia. El cura del pueblo no permitió que fuera blanco, con
listones y niños a su lado. Julia no había muerto siendo niña, siendo virgen y el no podía permitir que la enterraran en un
ataúd para angelito.
III
LA LECCIÓN DEL VOLCAN
Hay muchas cosas que no se aprenden en la escuela. Realmente, la mayoría de las que son necesarias para sobrevivir
en este mundo cambiante. Aprendemos un probable concepto de patria, una historia interpretada, textos sesgados por la orientación
política, etnia o religión en turno y programas copiados de otros países que no responden a nuestras necesidades y necedades
( puede decirse cultura autóctona ).
Me agrada mucho contar la siguiente experiencia porque para mi fue un espectacular y espeluznante aprendizaje,
sin misterios, pero de mucha sangre fría, congelada se podría calificar, ante una de las maravillas de la naturaleza, junto
con la creatividad del hombre.
Decidimos aquel día escalar al Volcán, conocido como Nevado de Toluca. Nos subimos al automóvil y pasamos por una
serie de extraordinarios paisajes alpinos. Eran unas bellas mezclas de verdes, desde los tonos claros del pasto que se encontraba
cerca de la carretera hasta los verde oscuros, casi negros se veían, de los pinos a la distancia.
Llegamos al denominado Parque de Venados y allí pudimos ver unos excelentes ejemplares, con unas piernas de pronunciados
músculos y gran mansedumbre, al saberse protegidos por hombres que no los veían con ambición ni gula y si con mucho respeto,
admiración y quietud ante la paz y amistad que brindaban al acercarse y lamer las manos.
Nos comentaron los guardianes de que se podía ascender hasta el cráter del volcán en el auto y eso, para los que
ya estábamos listos y abrigados para subir, fue una gran alegría. Llegar hasta la cima mas alta en y con el carro, era una
experiencia maravillosa.
Nos olvidamos de nuestras inquietudes de caminantes y optamos por la comodidad. Ascender sentados.
Al principio la carretera que estuvo asfaltada se transformó en resbalosa y barrosa. Había que ir muy despacio
porque el vehículo patinaba, como había árboles a los lados, solamente se sentía el temor que provocaba la altura y la profundidad
de aquellos verdes precipicios.
Poco a poco fue cambiando el paisaje, algunas nubes, la niebla o probable lluvia, nos impedían ver la continuidad
de la sinuosa carretera, pero unos tragos nos daban valor y nos quitaban el frío.
Los árboles desaparecieron y luego solamente se observaban pastos de altura, ásperos, escarchados, duros y cortantes,
la carretera en veces era de arena y otras de piedra, cortada a la orilla de los abismales barrancos.
Todos atemorizados me gritaban.
¡Pégate a la derecha!
¡Junto a la pared!
¡A la derecha por favor!
Todos estábamos muy temerosos, principalmente yo, que llevaba el vehículo y veía aquellos árboles que antes fueron
gigantes, ahora eran simples hormigas verdes, hacia abajo, en lo mas hondo.
Caminaba ascendiendo muy despacio y como me decían todos, muy pegado a la derecha, acercándome a la pared y los
mas alejado de la peligrosa orilla.
Como ahora lo estoy contando, para mi buena fortuna, ( expresión clásica ) llegamos al vértice del cráter y pudimos
observar una pequeña laguna en el fondo del mismo. El objetivo era llegar hasta ella y placenteramente, descansamos, nos aclimatamos
a la altura algunos, otros se sintieron mareados.
Pasamos un buen rato y bebimos algunas copas para darnos valor. Poco tiempo después decidimos emprender el regreso.
Yo me sentía temeroso de aquellas profundidades, pero no nos podíamos quedar a vivir en ese altísimo lugar. La bebida no me
desarrollo la valentía, el coraje, la adrenalina que pretendía para animarme al descenso. Como que todo se hizo poquito, hasta
el azúcar en la sangre. La impresión de mirar hacia abajo fue terrible, al llegar aquella maravillosa altura desde donde se
gozaba el universo nacional, los otros volcanes a la distancia. El cielo azul y las nubes, hacia abajo algunas y a lo lejos
otras.
Yo solo pensaba en conducir a mi familia en el descenso, en los profundos barrancos y grandísimos precipicios.
Haciendo de tripas corazón empecé a conducir hacia el fondo, hacia abajo, si no llegamos a Toluca, llegaremos a Xibalbá.
Los que estuvieron observando los otros volcanes, las nubes, el azul del cielo, empezaron a ver hacia abajo.
¡Hágase a la izquierda!
¡Pégate a la pared!
Ahora la pared quedaba del lado izquierdo y del lado del chofer, no de los mirones.
¡Insensato, porque nos expones a estos peligros!
Gritaba mi mujer, mientras mi suegra rezaba.
¡Por la izquierda, vas muy en la orilla!
Clamaban todos.
Poco a poco íbamos descendiendo y finalmente llegamos a la carretera de tierra y a la altura de los hermosos árboles
de pino. Aunque era resbalosa y estábamos de bajada, se sentía que había donde chocar y no solo caer y rebotar.
Finalmente llegamos al Parque de los Venados y decidimos descansar, calmarnos, equilibrar las angustias y la presión.
Por supuesto quitarnos el susto con unas cuantas copas de aguardiente.
Ese momento me permitió meditar sobre aquel extraordinario viaje. Poco a poco fui sintiendo que era una lección
para la vida. Aunque para mí, era un poco tarde aplicarlo. Mi estrategia de desarrollo había sido todo lo contrario de aquella
lección de la tecnología y naturaleza.
Como muchos, estaba pagando aquella interpretación de los caminos que tomamos en la vida.
La lección, todos me la estuvieron diciendo todo el tiempo. Así también, fue en la vida.
Con cuidado m´hijo. Decía mi madre.
Cuídese mucho maistro. Exclamaba su marido.
Pero mi pensamiento era otro, la fuerza de la juventud y la ideología me cegaban. Creía que veía el sol y solamente
eran ilusiones. El sol estaba siempre donde acostumbra salir o donde se ocultaba, tras su exacto recorrido, pero yo quería
cambiarle el rumbo.
Todos me lo habían gritado y nunca lo entendí hasta este ascenso al Nevado de Toluca.
¡PARA ARRIBA POR LA DERECHA!
¡PARA ABAJO POR LA IZQUIERDA!
Pienso que para el que quiera destacar la lección es positiva. He visto presidentes que para llegar al cargo lo
hicieron por la derecha política y que llegando al mismo, desordenaron y cambiaron
lo que se les pegó la gana.
La izquierda es la aventura, el desfogue, la carrera desbocada y sin freno. La derecha es el camino lento, respetuoso
de la ley que existe, el aprendizaje, reconocer el valor que tienen los mayores y los que han llegado.
Estas expresiones no son solamente para los que con ilusión desean llegar al poder, es para todos los actos de
la vida.
Que es la derecha. Puedo pensar que si levanto mi mano derecha, lo mas alto posible, mi posición mas extremista
en esa altura será mi dedo meñique. Pero éste tiene un lado izquierdo, un frente y un atrás, un arriba y abajo, tiene uña,
huesos y células, pelos, etc.
También tengo un dedo extremista del mismo lado, el del pie derecho, solo que está en la parte mas baja, pero no
por eso es menos importante.
Con mi lado izquierdo sucede lo mismo. Mis posiciones mas extremas, mis dedos meñiques, tienen derecha, arriba
y abajo y miles de cosas mas.
No me puedo cortar mis dedos por extremistas porque forman parte de mi armonía. Pensando así comprendí que:
¡PARA ARRIBA POR LA DERECHA!
¡PARA ABAJO POR LA IZQUIERDA!
CUENTOS DE TERROR
PARA ADULTOS.
Los conceptos, cuentos,
narraciones que se exponen a continuación, no son para niños, está bien, en HOJA VOLANTE no hay nada para niños, nada que
los pueda perturbar en sus sueños de angelitos. Aunque se toquen sus organitos, sus platiquitas de primaria y que se levanten
para espiar a sus padres. Por ese lado me siento muy seguro de que no habrá acusaciones improcedentes.
Los cuentos que aquí
se describen son de terror para adultos de mucho criterio y que comprendan los conceptos y dentro de sus pensamientos no se
asusten y participen de la broma porque la mayoría de lo que se menciona en esta www es muy aburrido.
I
LA ESPANTA-PAJAROS
Larguirucha, flaca, un
poco agachada, morena, pelo lacio hasta la laciedad, nariz más que aguileña. Escondiendo los pechos como si fuera una adolescente.
Acostumbraba a pasar por aquella calle, frente a la puerta que, por inercia, me servía de rincón, para bajarles mentalmente
los trapitos a todas las mujeres que caminaban contoneándose por allí.
Cuando ella pasaba y me encontraba con los amigos apresuraba mas el paso para evitar... lo que las mujeres creen que evitan, cuando ven un grupo de hombres parados en
un lugar.
Existen varios niveles
de actitudes de los muchachos cuando pasa una mujer. Desde intenciones verbales de violación. Decir majaderías y/o piropos.
Silbidos vulgares o calladamente, como en secreto, decir los chismes sobre lo que puede haber pasado a la orilla del río,
en la vía del tren, en el marco de una puerta o en algún motelito que nunca falta. Cuando ella pasaba no decían más que un
apodo y se reían.
La Espanta Pájaros
Yo la defendía diciéndoles
que no fueran malvados. Que así no debe de tratarse a una mujer. Más aún, a una jovencita menor de edad. Todos se reían y
me decían:
“Mírala. Pero no
solo la mires. No solo tiene figura de espantapájaros. También lo es por dentro y se ponían el dedo en el sentido para indicar
que estaba medio mal de la cabeza. "
En un pueblo chico no
solo se saben muchas cosas sino que se suponen más de la cuenta, para que la
murmuración lleve algo de más sabor. Todos se justificaban con aquel dicho de:
"Piensa mal y acertarás"
Así que lo que pensaban
y decían debía de ser verdad porque le estaban jugando al acertar.
Cuando me encontraba
solo, cumpliendo con la obligación histórica de sostener aquel edificio, bien
apoyado con el hombro en el marco de la puerta. Levantaba la cara y me miraba, con ojos angustiantes, profundos, sin reto
ni inquietud, calmados. Yo también la miraba pero no nos decíamos nada, ni un saludo, un qué, ni siquiera el esbozo de una
sonrisa.
Pero todo fue aquél día.
Me había tomado unas copas. Me sentía audaz. Iba en mi automóvil. Que más se podía pedir para una conquista. El momento era propicio. Pero solo yo lo pensaba así porque en aquella hora del calor no había nadie
en la calle. Era un instante que se prestaba actuar porque no había testigos.
Quien sabe porqué, pero
ella andaba por la calle.
"Bueno, aunque sea a
ésta me llevo."
Me dije a mí mismo.
Acerqué mi carro a la banqueta. No se porque siempre las mujeres caminan del otro lado de donde está
el volante. Es sumamente incómodo para decirles algo o invitarlas. Creo que ellas piensan que es más fácil subirse por ese
lado a los autos que tener que dar la vuelta. También creo que es por su mejor lado, si se ven bien de frente o se ven mejor
de espaldas, pero siempre del lado contrario al manubrio. Creo que los ingleses son mas inteligentes que los americanos y
por eso tienen el timón a la derecha, pero manejan del lado contrario.
Haciendo maromas con
el cuello y medio cuerpo, me moví a la ventanilla, haciéndole señas para que
se acercara.
Totalmente se hizo la
que no había visto y me ignoraba.
Como no sabía como se
llamaba no le dije su nombre. Soy un hombre respetuoso no le podía decir su apodo. No me quedó mas remedio que el escándalo y toqué fuertemente el claxon.
Varias veces.
Para evitar los decires,
se acercó.
E. P (Soy respetuoso
y no pongo espanta pájaros)
.
¿ Porqué tanto alboroto
?
¿ Puso huevo su carro
?
¿ Qué se le ofrece ?
Súbete.
E. P.
¿ Para qué ?
Vamos a dar la vuelta.
E. P. No tengo tiempo
Vamos a platicar un rato
nada más. Para conocernos un poco
E. P. Bueno...
Pero solo un ratito y aquí nomasito.
Aquel consentimiento
era para iniciarnos. Desde adentro le abrí la puerta. Aunque soy un caballero muy cortés, no podía bajarme por una fea.
Cuando entró le tendí la mano y me presenté.
Ella me dijo su nombre
de pila.
Ahora que escribo esta aventura no me acuerdo exactamente cual era. Solo observé que tenía las cinco vocales: Murciélago, Eufrosina, Eulogia, Euforia, etc.
Pero no viene al caso, realmente creo que se me olvido porque ninguno de estos me sirve para una remembranza.
¿En donde trabajas ?
E. P. No trabajo y por si me lo va a preguntar, tampoco estudio.
No cabe duda que la conversación
no era en ese inicio muy fructífera. El filo que aquella respuesta me cortó el impulso inicial y no sabía por donde seguirle.
Ella se dio cuenta del cortón y continuó el diálogo.
E. P. Vivo con mi madre y le ayudo.
Ella tiene
una crianza de canarios y los vende.
Me pareció que el apodo
era muy elemental. Al fin de pueblo chico. Resulta lógico pensarlo así. Se dice que los sobrenombres en los pueblos de campesinos
son bien logrados y graciosos. Pero este era realmente simple. Vendía canarios y se le escapaban. Creo que " guadaña " hubiera
sido más acertado.
Al continuar la plática
nos dijimos algunas cosas y le puse la mano encima de la pierna y no está por demás decirlo. Sentí músculo. Ella le dió un
pellizco suavecito, lo repitió varias veces, pero no había rechazo.
Subí la mano sobre el
respaldo del asiento y se la puse sobre el hombro.
E. P. Cuidado. Que las flacas somos engañadoras.
No entendiendo lo que
me decía deslicé la mano adentro de su blusa, buscando uno de sus pechos y me
llevé la sorpresa. Aquella flaca si engañaba. Si tenía lo suyo y suficiente como para que sintiera que la mano era chica.
Además bien maciza, sólida, juvenil. No se podía decir que era pony, ya era un poquitito
mas que potranca. Sintiendo una enorme satisfacción seguí deleitándome por un rato. Realmente era notoria mi emoción. Si hubiera
tenido que bajarme del carro se habría notado. Fue ella la que habló después de mis bufantes resoplidos y sus leves y acompasados
respiros, como si se quejara .Creí que sufría mucho.
E. P. No
podemos seguir haciendo esto con el carro caminando. Es peligroso. Llévame a otro lugar.
El nivel del diálogo
había cambiado. Ya me tuteaba y el llevarla a otro lugar me hizo soltarla y agarrar con las dos manos el volante, para acelerar
y llevarla al motel, donde nadie nos vería.
Al pasar por la farmacia
me indicó que me parara que tenía que comprar algo... le pregunté, si eran preservativos, no era necesario parar porque siempre
cargaba en un escondite de la guantera. Dijo que sí y seguimos de largo. Aunque el hecho de pensar en ponerme el hule me molestó.
Era una bonita habitación,
amplia, con un gran espejo de medio cuarto.
E. P. Ideal para una filmación pornográfica se expresó. Me da miedo, no habrá cámaras atrás
del espejo?
La acaricié un poco,
porque luego me dijo que no lo hiciéramos con prisas, que era mas agradable lentamente, platicadito y ella terminó de desvestirse.
Hay mujeres que cuando
están vestidas muestran todo y cuando se desvisten no tienen mucha significación. Otras las hay que cuando están vestidas
lo ocultan todo y cuando se desnudan las sorpresas son muy abundantes. Este es el caso de esta mujer.
Espantapájaros vestida.
Desnuda y corriendo por el cuarto, brincando sobre la cama, una venada, una corza,
rápida, maciza, musculosa, vibrante, inquietante. Pensé que el momento iba a ser muy emocionante.
Después de aquella exhibición
de ritmo, el máximo de hermosura con el mínimo necesario de carne, nada de grasa para un goloso, toda la satisfacción para
un caníbal. Giró y se recostó a mi lado.
Luego de dos o tres besos
calmaditos me dijo:
E. P. Te pongo el condón ?
E. Discúlpame pero no me gusta. No me sabe y toda la ceremonia que hay
que hacer me enfría un poco. Esperémonos un ratito.
La verdad es que levantarse
de la cama. Ir a buscar donde quedó el pantalón y, entre las llaves y los billetes,
encontrar el paquetito. Es incómodo.
Luego decirse a sí mismo
"Estoy igual de Caliente"
Es anti psicológico. Dentro de una etapa
del sexo que Freud no conoció.
Si nó, habría dicho
"Seguramente antes del
condón".
E. P. Es que es importante, lo necesitamos.
Entiendo que el condón
ayuda a prevenir el SIDA y las enfermedades
venéreas. Pero yo siento que tu estás limpia y por eso no lo necesitamos.
Aquello fue un bajón
emocional.
E. P. No es por eso. Es que tengo visita.
E. Eso será en tu casa, pero aquí no importan las visitas.
E. P. Es que hoy en la mañana llegó mi amiga y no puedo.
Tu amiga
estará de visita en tu casa pero aquí estamos los dos solos y es nuestro momento. Dije demostrando mi torpeza.
Tras un silencio largo
y un respiro profundo dijo:
E .P. Viejo baboso. Estoy empezando a menstruar.
Aquello fue un balde
de agua fría y la bandera, aunque todavía estaba izada, bajo a media asta, empezaba a dejar de ondear. Pensé que si hacíamos
un poco de tiempo podría soportar el golpe y quien sabe, tratar de hacer a un lado a su amiguita...
Me recliné en la almohada
y como quien no quiere, la empecé a acariciar de nuevo, ella también hacía lo suyo y realmente la emoción volvía. Fríamente
pensé:
“Has ganado dos
rounds, pero te voy a noquear."
Aunque los rounds perdidos
habían sido ya cuatro porque eso de baboso, y mas aún, viejo, pues también eran golpes abajo de la cintura..
E. P. Oye viejo. Te lo digo con cariño, así que no te vayas a molestar. Tu conoces unos animalitos que parecen arañitas,
son muy picosas y saltan como si fueran pulgas.
Ay maldita mujer, has de tener ladías y me las vas a pegar con solo estar a tu lado .Quedé
noqueado y no sabía que responder.
E. P . Que te pasa. Te estoy hablando baboso.
Como pude le di una ligera
explicación sobre como se contagiaban y los efectos que producían. Rascándose el pubis me dijo:
E. P. Que bueno que me lo cuentas porque una amiga me contó como
eran pero yo no le creía.
Se volvió a rascar.
Soy muy patriota pero
realmente la bandera ya había sufrido mucho.
E. P. Mira nada más. Para eso me trajiste. Tan bien que se veía y ahora me sales con eso.
E. P. ¿Te pasa todo el tiempo? Yo conozco unos tes y unas pomadas que te pueden ayudar,
pero no lo sabía.
Así que aquella que yo
creía inocente sabía de menjurjes y enjuagues. Ante lo desastroso de la situación. Acepte mi derrota.
No sabía que como al
toro que ya va a morir después de la estocada del torero. Me faltaba la puntilla.
Y llegó muy pronto.
E. P. Mi amor.
¿ A DONDE ME VAS A LLEVAR A DESAYUNAR EL
DOMINGO ?
¿¡QUE¡ ?
¿¡QUE, QUÉ ¡ ?
NO PODÍA HILAR NINGUNA
RESPUESTA
ESTABA TOTALMENTE SORPRENDIDO.
En este pueblo de chismes
y de inventos, donde después de misa hay que ir a desayunar con la familia. Aquellas palabras eran el acabose. Un tiro en
la sien no hubiera sido más efectivo para aquella pérdida de la bandera, ante un enemigo muy poderoso, que todo el tiempo
hizo lo que quiso con mi pobre ejército.
Había que reconocer la
derrota y le dije.
Discúlpame
pero no me siento bien. (Recurso cobarde) y nos tenemos que ir.
Con disimulada sonrisa
aceptó. Nos vestimos. Se veía triunfante, Muy satisfecha del papel que había representado Salimos y la deje por el rumbo donde
la encontré.
Volví a cumplir con la
heroica misión de sostener con una mano aquel vetusto edificio y, cuando estoy reunido con los
Amigos y,
ella pasa, alguno de los muchachos, parece ser que con conocimiento de causa, dice:
Ah. Allí va la Espanta Pájaros.
Todos la voltean a ver
y cuando nos ve. Me saluda. Agacho la cabeza, me hubiera gustado que no lo hiciera y me rasco entre las piernas.
Ahora se porqué le dicen:
ESPANTA PÁJAROS
II
EL TIBURÓN Y LAS MUJERES
Jorge es un joven adolescente, moreno, grandototote, todo un gran costal de buenas voluntades, buen deportista
y muy colaborador. Un día, escribió un artículo en el periódico mural de la escuela, acerca de si los tiburones atacaban a
las mujeres cuando éstas estaban en los días de su menstruación.
En el pequeño mundo de la escuela, con jóvenes adolescentes, púberes, sin que siquiera conocieran su menarquia,
(primera menstruación) aquello fue un rumor breve y silencioso, de niñas en escándalo y asombro, que no se atrevieron a hacer
mayores preguntas. Niños acelerados que todavía no se masturbaban pero que hablaban mucho de los temas, también silenciaron
su asombro
Con sus palabras, fallas de redacción, faltas de ortografía, relata como aquella sangre que fluye periódicamente,
según algunos tratadistas y biólogos marinos, no es totalmente pura sangre sino que materia humana que ha sido desechada.
No sucede igual con la sangre que brota de una herida. Fresca. Rojo encendido, fluente. Lo que hace que los tiburones no se muestren sumamente interesados.
Así también da a entender que las mujeres deben de tomar sus precauciones
normales en estos eventos, usando tapones y otros artículos especializados o de moda,
lo que permite una mayor garantía de que no va a pasar nada. Es muy importante también conocer el ecosistema donde se va a
bucear y si es de día o de noche. Con estos conocimientos, no digo que no pasa nada, sino simplemente que pasa menos.
Por los conceptos vertidos, conocer a Jorge, lo específico del tema y las garantías a las que se llegaba, me impresioné
y traté de buscar mayor información.
La cual no me aportó nada adicional, solamente un montón mas de papeles. (Léase documentos)
Pero como los que escribimos tenemos una conexión espiritual y mental
con los animales, decidí consultar a los tiburones, la próxima vez pudiera estar
cerca de ellos.
Un breve viaje a la orilla del mar me permitió resolver aquello que me intrigaba. Tomando las medidas convenientes
lancé adentro de las aguas de una bahía mi pregunta.
Un viejo pez, de enormes fauces, se me acerco y me dijo:
Tiburón:. ¿Qué es lo que quieres saber?
Yo le hice nuevamente la pregunta que había lanzado al mar.
¿Porqué los tiburones no atacan a las mujeres cuando estas están en su menstruación?
¿Que es menstruación? Me pregunto el viejo pez.
Le di toda una disertación científica sobre el tema y habiendo quedado claro con la información me dijo:
La respuesta es muy sencilla, por solidaridad de clase y es esta:
HUELEN A PESCADO
Con aquella explicación no me quedó mas remedio que aceptar el concepto, la filosofía y conocimientos de aquel
adolescente que quería estudiar medicina.
III
HOMICIDIO SEXUAL
Antonio se encontraba
en el hospital general.
Bueno, no tenía dinero
suficiente para poder ir a uno privado y tenía que aprovechar, accidentalmente, la oportunidad que se le brindaba.
No es pensar, hablar
o escribir mal, pero la verdad debe prevalecer.
No estaba bien atendido.
Compromiso de amigo.
Bueno, que amigo ni que
nada. Conocido. Pero a un hombre en el hospital, y, más en el general, es necesario, es humano, ir a visitarlo. Si fue a parar
a ese lugar su situación debía de ser grave.
Además se decía que había
sido un accidente y cuando la mala suerte cae del cielo, todos los que nos encontramos abajo de las estrellas, debemos, al
menos, consolarnos.
Porque eso son los accidentes.
Mala suerte que cae del cielo, Las enfermedades nosotros, nosotros las buscamos. Nos alimentamos mal, cometemos errores y tenemos malos hábitos. La suciedad, los microbios, el agua fría y sin hervir, alimentos mal cocinados,
etc. es por nuestra culpa.
Pero si te encuentras parado en una esquina y luego apareces en la cama de un hospital y sin saber que pasó. Pura mala suerte que cayó del cielo.
Un corredor de enormes anchas columnas monacales, que había sido convento antes de la independencia y que
posteriormente le habían confiscado al clero, servía de hospital general. Allí la piedra gris, de pátina verde, tenía muchos
años, muchísimos años, de escuchar rezos, quejidos, lamentos, llantos y alguna vez, suspiros.
Llego a la puerta y pregunto
en información:
." Me puede decir en
donde está Antonio **** "
INFORMADOR."Está en la
sala 14" . Me contesta.
Sorprendido por tanta
eficiencia pienso que Antonio*** ha de ser alguien importante. Empiezo a caminar por el largo corredor de muchos pasos, de
muchas puertas y de muchos números.
SALA 14
UROLOGÍA
Me pregunto a mí mismo.
¿Que raro, los accidentes
deben de tratarse en urgencias, en traumatología?
Según mis escasos conocimientos de medicina.
¿Pero un accidentado en urología ?
Seguramente algún error administrativo o falta de camas. Veamos la lista.
En el listado que se
encuentra a un lado de la puerta me dice que Antonio ****, se encuentra en la
cama 16.
Entre las filas de camas
voy buscando la que tiene ese número 16. Difícilmente la localizo porque no tienen número.
Uno no sabe si lo tuvo
o están planeando ponérselo.
La identifico y me acerco.
Veo a Antonio y cuando
me apresuro para abrazarlo, hablar con él, saludarlo, un policía me cierra el paso impidiéndomelo.
POLICÍA."Lo siento mucho,
pero no se puede hablar con el detenido”
"QUE, QUEEE "
Policía "Lo que escuchó. No se puede hablar con el detenido. Está incomunicado"
Realmente estoy asombrado.
Accidentado. En el hospital, detenido, incomunicado. Son demasiados adjetivos para una persona en un momento así. No es posible
que a un hombre le sucedan tantas cosas al mismo tiempo.
Le dije “Oiga,
Poli. Mire, vengo de muy lejos y me enteré de que se encontraba en el hospital”.
“Es mi amigo, al
menos quiero saludarlo "
."Preguntarle como se
encuentra"
Como era de esperarse,
el policía me indicó que no podía faltar a su deber. Que si se sabía le saldría
muy caro. Lo podían castigar e inclusive perder su empleo.
Le pregunté que tan caro
sería. Nos pusimos de acuerdo en el precio y aunque mi amigo me indicó que le diera diez pesos, le di quince, así pude iniciar la interrogante charla con Antonio.
¿Qué te pasó Antonio?
¿Cómo estás?
ANTONIO. Pues aquí me
tienes, bien jodido, en el hospital, preso y en esta sala maldita a la que nunca hubiera querido llegar. Aunque me salvaron
la vida porque me estaba desangrando.
Inquiriendo. Todavía
sin estar enterado.
Pero. ¿Qué te pasó?
Mira, son tantas cosas
al mismo tiempo y es tan grande mi desgracia, que no se ni por donde empezar. A mi me da pena comentarlo pero de todos modos
se va a saber. Así que lo escucharás de mis labios.
¿Te acuerdas de la Maruca?
Claro que sí. Aquella rubiecita, delgada, varita de trigo, de caminar sobre las nubes.
Continúo. Me contaron que se murió. Que fue una muerte muy extraña. Dicen que murió asfixiada cuando un pedazo de
carne se le atoró en la garganta, estando en un restaurante.
Bueno, estoy detenido
porque algo de culpa tengo con su muerte. Aunque realmente fue accidental, yo estoy acusado de homicidio.
La realidad es que no
tuve ninguna intención. No fue nada premeditado. Todo fue accidental. Los parientes no quieren que se sepa nada. Han pagado a los periodistas para que no investiguen, ni hagan preguntas innecesarias
o inquisidoras.
Sin embargo en el juicio que me siguen se va a saber, a menos que tengamos que soltar mucho dinero o logremos
que se interprete el problema y se me declare inocente. Aunque los jueces y los
abogados en este caso han encontrado su pepita de oro.
Le contesto picado por
la curiosidad. No entiendo absolutamente nada. Hasta el momento no me has dicho cosas importantes. Luego te encuentras tirado
en esa cama y en la sala de urología.
Bueno, eso es al final.
En principio te cuento que Maruca y yo empezamos a salir y luego lo hicimos con mucha frecuencia. Como era una mujer muy sensible
la tocabas tantito y empezaba a gemir y a gritar de la calentura que agarraba. Era realmente increíble.
Un día la convencí de que por seguridad fuéramos a un motel, porque hay ciertas cosas que no se deben hacer
en la calle. Que el peligro que significan los pelafustanes y mas aún los policías, que andan a la casa de parejitas, que
se encuentran en la calle para extorsionarlas o abusar de ellas.
La desnudé y la acaricié.
Se agitó tanto que se desmayó. Me dio miedo y pena.
Yo la respeté.
Como habíamos aprendido el caminito y nos teníamos suficiente confianza,
volvimos varias veces. Pasara lo que pasara ella sabía que yo era todo un caballero y nada mas nos acariciábamos. Siempre
la poseía una enorme agitación y terminaba extenuada.
Desmayada. Diría yo. Ella quería guardarse para cuando nos casáramos y, a pesar de nuestra convivencia,
yo así lo quería también. Me parecía muy hermoso desnudarnos, tenernos confianza, acariciarnos y esperarnos.
Parece que un día platicó
con una de sus amigas. Se contaron chismes, algún chiste. Se dijeron confidencias y algunas experiencias con instructivo verbal.
Maruca no me dijo nada, quiso experimentar, darme la sorpresa. Cuando fuimos al motel entre caricia y caricia, sentí sus labios en mi órgano. Fue tan grande la impresión que me recliné
y la dejé actuar.
Ella también estaba muy
excitada y pronto sentí que me estaba succionando. Su agitación era increíble. Temblaba. Gritaba. Movía los brazos.
ayyyYYYYY.
Cuando me desperté me
encontré en esta cama de urología y con un vendaje en el miembro y mucho dolor.
El policía me comentó que ella había fallecido.
Lo que ahora logro discernir
es que la agitación que mostraba, sus desmayos, no eran de emoción sexual. Le daban ataques epilépticos y que cuando mas excitada
se encontraba ese día. Le dió el ataque.
Apretó sus mandíbulas, tensó sus músculos, con la grandísima fuerza que se genera en esa explosión nerviosa.
Yo perdí el conocimiento, la conciencia, ya no supe nada.
Dentro de su crisis,
desnuda, bañada en sangre. Logró salir afuera de la habitación y en medio del patio del motel, terminó sus convulsiones.
Los empleados del motel
se dieron cuenta de lo que pasaba. Como no era la primera vez que veían a una mujer desnuda corriendo por el patio. Solo mostraron
una curiosidad morbosa. Cuando la vieron con tanta sangre en el cuerpo ( Porque aquello fue una gran erupción dado que la
erección se realiza por una acumulación de líquido caliente en todos los vasos
sanguíneos del pene )
Llamaron a la policía y a la cruz roja.
Cuando los socorristas llegaron le buscaron heridas y no encontraron ninguna. Se dieron cuenta de que se
estaba asfixiando. Trataron de abrirle la boca pero era imposible.
Me localizaron en el interior de la habitación. Cuando me vieron lo único que podían hacer era colocarme
algunas vendas para evitar un mayor sangrado. Buscaron la parte del miembro que faltaba para intentar colocarlo con cirugía plástica, pero no lo encontraron.
Hubo necesidad de fracturarle la mandíbula al colocarle una prensa para abrirle la boca. En ese momento
se podía considerarla muerta por asfixia. Finalmente lograron extraerle el pedazo de carne que provocó aquella horrible muerte.
En la misma ambulancia nos trasladaron. Pienso que si hubieran intentado de darle algún tipo de respiración
artificial, de boca a boca, se hubiera salvado. Entonces yo te estaría contando lo mismo y en esta cama, pero sin policía
que me vigilara y sin ninguna acusación pendiente. Aquello no habría dejado de ser un escándalo entre las familias. Como nos
queríamos mucho se habría resuelto con el matrimonio. Ahora no se que me va a pasar.
Espantado por aquel relato
digno de una tragedia griega. Le prometí a mi amigo Antonio hacerme cargo de su caso, porque sabrán que soy abogado y detective
privado al mismo tiempo. Le dije adiós para poner claras mis ideas acerca de
lo que tengo que decir. Únicamente por eso, me atreví a escribir esta pequeña narración. Si usted insensible lector me puede
dar una buena idea para enfrentarme al juez y salvar a mi amigo. Hágamelo saber escribiendo a esta www
Our Company * Any Street * Anytown * US * 01234
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